El efecto yoyo al bajar de peso

¿Alguna vez has intentado bajar de peso y tu grasa corporal no desaparece fácilmente?, no eres el único. Cuando bajamos de peso, activamos mecanismos que hacen que regresemos rápidamente al peso que teníamos o incluso a uno mayor, conocido como el efecto “yoyo”.

Algunos factores están bajo nuestro control, pero otros no. Comprender el funcionamiento biológico te ayudará a escuchar a tu cuerpo. Estas son cinco realidades sobre tu cuerpo:

1. El metabolismo se desacelera cuando bajamos de peso

El metabolismo es un proceso del cuerpo que convierte los alimentos que consumimos en energía. El metabolismo varía de persona a persona y los científicos no saben la razón exacta, pero están seguros de que tiene que ver con la cantidad de grasa y músculo de tu cuerpo. Los hombres tienen un metabolismo más rápido que las mujeres porque regularmente tienen más músculo. Además, nuestro metabolismo se desacelera naturalmente a medida que envejecemos.

La quema de energía metabólica se divide en tres formas:

1. El cuerpo en reposo consume entre 50 y 70% de la energía necesaria para mantener los órganos en funcionamiento y mantenerte con vida.
2. La digestión consume un 10% de la energía para convertir los alimentos en combustible para tu cuerpo.
3. La actividad física cotidiana consume un 30% de la energía para moverte y realizar tareas cotidianas. El entrenamiento en el gimnasio suele ser una porción muy pequeña de gasto de energía en relación a tu actividad cotidiana.

Cuando pierdes peso, tu metabolismo disminuye porque la quema de calorías es proporcional al peso de tu cuerpo. Entre más peso, más cuesta moverte y más calorías son necesarias para mantener tu cuerpo en reposo.

2. Si decides bajar de peso, conviértelo en un estilo de vida

En otras palabras, haz cambios que realmente te gusten ya que es necesario que se conviertan en tu estilo de vida. Es muy importante mantener el enfoque porque tu cuerpo se defiende y tratará de recuperar el peso que has perdido.

3. Tus hormonas “juegan contigo”

Aquí hay otro “cambio diabólico” que ocurre cuando pierdes peso: tus hormonas cambian de manera que alteran tu apetito. La hormona leptina, que es liberada por las células de grasa, le dice a tu cerebro cuándo comer. A medida que pierdes peso, tus niveles de leptina disminuyen y tendrás más hambre, recuperando rápidamente el peso.

4. Para perder peso, tienes que comer saludable

La mayoría de las personas, creen que el ejercicio es lo más importante para quemar grasa y bajar de peso. En realidad, es más fácil eliminar 600 calorías rechazando un rico pan, que tratar de “quemarlo” haciendo cardio por más de una hora.

Además, muchas personas usan el ejercicio como una excusa para permitirse comer más como "recompensa" a su esfuerzo y acaban consumiendo más calorías de las que queman.

5. El ejercicio juega un papel importante en la pérdida de peso

Las personas que mantienen la pérdida de peso a largo plazo, hacen ejercicio por lo menos cinco días a la semana durante una hora en promedio. No tienes que realizar entrenamientos agotadores, la combinación más adecuada para bajar de peso es cardio a baja frecuencia y entrenamiento de resistencia ligero. El ejercicio es la clave para mantener la pérdida de peso porque incrementa el metabolismo y reduce el hambre. Además, el ejercicio brinda beneficios que no tienen nada que ver con la pérdida de peso, incluyendo un mejor estado de ánimo, dormir mejor, reduce la ansiedad y mejora los niveles de azúcar en la sangre.

Entonces, ¿qué hacer con todo este conocimiento?

Saber cómo funciona tu cuerpo te ayudará a ser más objetivo. En lugar de tratar de parecerte a un modelo de portada de revista, enfócate en los cambios que te hagan sentir más saludable para que los resultados se transformen en una satisfacción y recompensa.

Acude con expertos para que te elaboren un plan alimenticio, que te asesoren respecto al uso de suplementos alimenticios, así como un adecuado plan de entrenamiento, de esta forma podrás lograr tu objetivo de una manera saludable y constante, sin tener un efecto “yoyo”.